TODO CAMBIA ...

lunedì 24 dicembre 2018

Yara Gutierrez encuentra el medico del M26 de Julio

“Quédate tranquila, nadie de nosotros te hará daño”. 
Yara se relajó.
“Dejémola reposar – dijo la voz del muchacho.  Regresaremos más tarde”.
Pasaron las horas y Yara abrió los ojos.  Le trajeron dos bananas y un higo, robados probablemente por la calle.  Se quedó inmóvil por un momento, incapaz de poner los pensamientos en órden, hasta que no le vinieron ganas de llorar. apenas la cabeza encontrando el rostro del muchacho.  Desconocido, pero con una sonrisa bondadosa:  “Fuerza muchacha, lo peor ha pasado” – fueron las primeras palabras que logró entender.
Yara Gutiérrez sintió un escalofrío. ¿Qué cosa le habría sucedido ahora? La fruta le había dado un poco de energía.  Logró enfocar la figura inclinada sobre ella: los lineamientos sutiles, delicados, como la suave sonrisa que le dirigía, los ojos agudos y en movimiento, la barba fina y poco espesa, casi caprina.  Los cabellos rebeldes que salían de una boina negra con la incrustación de una estrellita roja.  Era poco más que un adolescente.  Pero no habían otras personas en las que podía confiarse.
“Soy el médico del Movimiento 26 de Julio – le dijo – y no estás bien”.
El acento de un país lejano lo traicionó.  Podía ser una buena noticia, pensó Yara.

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